¿Quién cree en la mágia y en los seres diminutos?. Os voy a relatar como en un lejano paraje donde hermosas flores florecían y todo era puro y agradable, cómo se respiraba el aire de la naturaleza. Cómo podías contemplar sin ser molestado, acostado en la yerba, absorto en tus pensamientos y ver en el cielo azul cómo las nubes iban cambiande de formas...y así toda una eternidad...Pero la felicidad por desgracía no es para siempre...O si?. Tan solo si se crees en ella y tienes fé en uno mismo.
El castillo de Cristal...os preguntaréis porqué se llamaba así y quién vivía en él.
En un recóndito país muy lejos del que vivimos nosotros, existía un castillo de cristal habitado por la Princesa Nieves con sus dos hijas; Delicia la mayor y la pequeña llamada Deseo. ¿Os preguntareís cómo era posible que de cristal fuera el castillo?. así era. Pero eso sucedió más adelante.
Nieves tuvo la mala suerte de nacer bajo la sombra oscura de una madre cruel y sin corazón. Una mujer dominante que quisó gobernar y hacer de su palacio lo que le viniera en gana, el Rey un hombre bueno, de caracter más pacífico fue cediendo sin darse apenas él cuenta a los caprichos de su mujer. Pero no todo el mundo cedió ante los deseos y caprichos de la Reina. Nieves, su hija no quiso convetirse ni ser dominada como lo era su padre. La rabia la consumía por dentro. Ver qué había sido de su padre, un hombre decidido con opiniones propias a verlo reducido a obedecer a una mujer que llevaba el signo de la oscuridad...
A medida que fue creciendo fue sumergiéndose en un mundo paralelo al que vivía. Un día, en el que el ambiente estaba muy tenso, huyó. Se fue del palacio. Nadie la podia retener si se daba prisa y corría como quien huye del diablo. Y en parte así era. Huia de la sombra oscura de su madre.
Por el camino se cruzó con un anciano de mirada tranquila y profunda que la miró y le dijo:
- Hola Nieves; dijo el anciano que se encontraba sentado bajo un árbol
- ¿Quién eres?, pregunto ella
- El quién soy no importa...lo que si es importante es que escuches atentamente lo que te voy a decir; evita toda sombra oscura, hay una que te está persiguiendo...usa tus dones que te han sido concedidos y que todavía no sabes que los tienes. No te fies de aquellos que te quieran guiar por un camino; sino de aquel que te va a salvar de él.
Atónita Nieves no supo que contestar:
- Dones...¿Cuales?
- Sólo tu misma podrás averiguar con el paso del tiempo. Los dones que recibiste al nacer por tus hadas. Hadas que sólo tú conoceras a través de ti misma, en tu interior.
- No serás una alucinación, verdad?..fruto de mi imaginación.
- Soy real, pero te conozco desde que naciste. No preguntes más. Y así como habló, fue desapareciendo poco a poco de donde estaba.
Aturdida se pregunto quién era ese anciano...y sin poder quitarse de su cabeza lo que le había dicho, siguió avanzando sin darse cuenta de que pronto anochecería y no tenia cobijo donde guarecerse. Había oscurecido y a lo lejos diviso un bosque en el que se adentró e invadida por un sueño profundo se durmío bajo un árbol.
Se despertó en mitad de la noche envuelta en un manto de niebla y una luna llena que la observaba. A lo lejos pudo cómo el silencio de la noche despertaba con los aullidos de un lobo gris. No sabía a qué distancia de ella podía estar el lobo...pero aún así no le temía. Sabía por naturaleza que los animales perciben el medio. Unos ojos verdes se acercaron a ella con pasos silenciosos, hasta cobrar forma. Era el lobo gris que antes había aullado. Rodeo a Nieves y ésta sin inmutarse, como quien está al lado de su mascota por asi decirlo, se deja llevar por aquella criatura de la noche sin miedo alguno.
El lobo gris en un susurro le djo:
- vente conmigo y te guiaré por un lugar más seguro. Y llevándosela en su lomo la condujo hacia un sendero que daba a un castillo. Un castillo de cristal.
Pasaron varios y meses y Nieves se había acomodado en el castillo inhabitable. Sólo lo habitaba ella y de vez en cuando suamigo el lobo se acaercaba por las noches y le hacia compañia. Le hablaba de su pasado, de lo que fue de su manada al ser amenazada por unos humanos. Con el tiempo Nieves aprendió a entenderse con los animales y a percibir que ella nunca tendría frío, poseía un dón mas y era el del no saber que era el frío por eso vivir en un castillo de cristl nole suponia ningun problemas...
Cierto día apareció por esos lugares, montado en un caballo blanco un caballero proveniente de otras tierras. Al ver a Nieves con un lobo, se sorprendió este de que no estuviera asustada y como caballero que era su instinto fue sacar su espada para defender a esa hermosa dama que cerca de un lobo se hallaba....
- Aléjate!, le reprendió al lobo con su espada
- Alto!, ¿pero que haces?, le espetó Nieves
- Pero...es un lobo, te puede hacer daño. A los lobos hay que atacarlos o sino ellos te matan.., dijo sorpendido ante la actitud de ella.
- Él es mi amigo en cambio yo a tí no te conozco..¿que haces por estos lugares?
- Eso mismo te iba a preguntar...dijo perplejo. Mi nombre es Axen. Vengo de muy lejos y nunca habia reparada en ete lugar. Ni mucho menos hallarme ante una chica como tu junto a un lobo que es tu amigo...
- El me a salvado de un lugar del que tuve que huír. Mi mundo es este.
Cuando Axen hubo comprendido la situación, éste se encontraba a punto de marcharse con su caballo cuando de repente dio media vuelta y preguntó:
- ¿Puedo quedarme? dijo sin pensar.
Nieves miró a los ojos del lobo y éste con un gesto de movimiento asintió.
Pasaron los años y en el castillo se oían risas y gritos de niños jugueteando con bolas de nieve...Nieves había tenido dos hijas. La mayor Delicia y la pequeña Deseo. Ambas estaban jugueteando y dando gritos mientras el lobo y ella seguían cerca de la chimenea que les proporiconaba calor...bueno al lobo porque ella no lo necesitaba. Axen había salido a cazar algo para comer. Se parecia más a Deseo que a Delicia..en cambio el lobo tenia un parentesco con Delicia...y Nieves sabia que en un momento dado antes de que apareciera Axen, entre Nieves y el lobo hubo un acercamiento diferente. Sus miradas se cruzaron y se miraron entre sí...Nieves tenia un vincúlo con él que no se podía explicar...