Jardín Zen

Jardín Zen

Soy un sencillo Jardín Zen, pero estoy orgulloso de serlo. Mi ama me riega cada día y no con agua como un jardín cualquiera sino con su energía positiva que le debo transmitir, ya que estoy decorado con una arena de colores. En en lado más grande tengo una arena color amarillo donde encima de ella han depositado lindas y pequeñas piedrecitas y un pequeño rastrillo de madera que lo que hace es esparcer la arena así como más convenga, lo que a mí me produce cosquillas.

Luego en la esquina rectángular habita en mí otro espacio de arena rosa donde tengo a un buda que siempre me sonríe y me da calor cuando mi ama prende encima de él una velita.

A mi lado también tengo a un compañero un inciensario que me aroma con sus diferentes fragancias cuando alguien de la casa pone un incienso. Algunos son de aromas a fresa, limón, morango…también los hay con los signos del zodiaco y muchísimos más.

Y me siento tan bien cuando sobre todo de noche, con las luces apagadas con mi compañero el inciensario al lado, me veo alumbrado por el calor de las velas y el aroma del incienso. La mejor hora de todo el día, el mejor momento de relax en que me siento acompañado, tranquilo y me siento útil para con mi ama. Ojalá durará toda la noche, son momentos en los que me siento bien, en el que no soy un objeto cualquiera…Pienso, valgo para algo.

Por eso digo que me siento orgulloso de ser  un sencillo jardín Zen ya que estoy arropado de calor y de aromas que me proporcionan un bienestar digno de un objeto